Uno de cada cinco profesionales en todo el mundo trabaja en remoto, ya sea de forma permanente o algunos días a la semana. Al auge del teletrabajo provocado por la pandemia se suman la creciente popularidad del trabajo freelance y los nuevos modelos de colaboración, con empresas en la que parte o la totalidad de sus empleados trabajan fuera de la oficina.
Este creciente uso de Internet desde casa también ha disparado el uso de las VPN o redes privadas virtuales. Si ya has oído hablar de ellas, pero no tienes claro qué es una VPN, debes saber que se trata de un tipo de conexión privada que te permite acceder a Internet de forma más segura y anónima. Así puedes proteger mejor la confidencialidad de la información que manejas por motivos de trabajo, así como la privacidad de tus propios datos personales.
No hay que olvidar que, cada vez que te conectas a Internet, tu actividad online deja un rastro que cualquiera puede seguir con ciertos conocimientos de informática. Esta información es usada por las empresas de Internet con fines publicitarios. Pero también hay ciberdelincuentes que interceptan y roban estos datos con propósitos más siniestros. Una VPN te protege de todas estas amenazas, y tiene otras ventajas para el teletrabajo o el trabajo desde casa.
Seguramente no eres consciente de la gran cantidad de información que revelas cada vez que te conectas a Internet. Para empezar, cualquiera puede localizar la IP (dirección de protocolo de Internet) desde la cual accedes a la Red, que permite determinar tu ubicación geográfica.
Al acceder a cualquier página web que tenga cookies, se recogen otros datos como el dispositivo desde el que te conectas, el navegador de Internet y sistema operativo que usas, etc. Mediante las estadísticas web, el responsable de la página también puede saber qué apartados has visitado, cuánto tiempo has pasado en el sitio e incluso las páginas web que has visitado antes y después de acceder al mismo. Además, queda constancia de los contenidos que has visualizado y descargado, los datos introducidos en los formularios que has rellenado para registrarte o acceder a una descarga, las compras que has hecho, los comentarios, etc.
En muchos países existen normativas que regulan qué tipo de información pueden recoger los sitios web sobre tu actividad y el uso que pueden hacer de ellas. Por desgracia, no todos los países y empresas protegen la seguridad y privacidad de los usuarios con el mismo rigor. De manera que todos estos datos pueden acabar en manos de personas indeseables que se aprovechen de ellos para venderlos al mejor postor o llevar a cabo fraudes y estafas.
Si además te conectas desde una red de Wi-Fi pública (por ejemplo en un coworking, un hotel o un aeropuerto) los ciberdelicuentes lo tienen aún más fácil para robar tus datos. Este tipo de redes abiertas con múltiples usuarios son relativamente fáciles de hackear sin necesidad de conocimientos avanzados, y cualquiera puede ver la información que envías o recibes. O, peor aún, robar tus claves de acceso y datos bancarios para suplantar tu identidad o estafarte.
Las redes privadas virtuales son una forma sencilla y eficaz de protegerte de este tipo de peligros, para que puedas navegar por Internet de una forma mucho más segura y privada.
En este sentido, las ventajas de usar una VPN para navegar por la Red incluyen:
A menudo, no se trata solo de los beneficios de usar una VPN exclusivamente para proteger tu seguridad y privacidad. Cada vez más empresas exigen el uso de servicios de navegación segura para tener la posibilidad de trabajar desde casa o colaborar como freelance. Por ejemplo, a la hora de acceder a una intranet o el repositorio de documentos de un proyecto.
Aunque los detalles técnicos son un poco complejos, el funcionamiento de una VPN es fácil de entender a un nivel básico. Al usar este tipo de servicios, se crea una conexión privada entre tu equipo y el servidor que gestiona la VPN. Se trata de una especie de túnel virtual, protegido por un potente cifrado, al que solo puede acceder el usuario que conoce las claves de la VPN.
Desde el momento en que te conectas a la VPN, este servidor se encarga de dirigir tus paquetes de datos a través de la red. De este modo, nadie puede identificar el equipo o la red desde la que acceder, por lo que no pueden rastrearte para recopilar tus datos o robarlos.
Ojo: eso no significa que una VPN te confiera un anonimato total: los datos que compartas al navegar en la web, como tu correo electrónico o tarjeta de crédito, seguirán siendo visibles para las páginas donde los introduzcas, aunque no puedan identificar dónde te encuentras.
Una vez aclarado cómo funciona una VPN a nivel técnico, como usuario no tienes que preocuparte por todo esto. Actualmente, existen muchos servicios de VPN que están especialmente dirigidos a teletrabajadores, freelance y particulares, muy fáciles de usar.
Normalmente, consisten en una aplicación que se descarga en tu ordenador o dispositivo móvil, se configura automáticamente y te permite empezar a navegar casi de inmediato.
Los principales pasos para instalar y configurar una VPN en tu ordenador son los siguientes.
Hay muchos servicios de VPN gratuita, aunque generalmente no son adecuados para los profesionales porque incluyen limitaciones, te bombardean con publicidad y pueden revender tus datos a otros. Los servicios de VPN gratuitos están bien si quieres probar cómo funcionan las redes privadas virtuales o usarlas puntualmente. Pero para trabajar desde casa o como freelance, es mejor optar por un proveedor de VPN de pago, que te garantiza todas las funcionalidades y la seguridad que buscas a cambio de una asequible cuota mensual.
Aunque es posible configurar manualmente una VPN con el proveedor que hayas elegido, resulta más sencillo descargar una aplicación VPN preconfigurada. Estos programas realizan automáticamente los ajustes necesarios, por lo que no tendrás que preocuparte de los detalles técnicos. Simplemente, tras bajar la aplicación y abrirla, te pedirá unos datos básicos para crear tu cuenta, así como algunos ajustes para adaptar la aplicación a tus necesidades.
Con los ajustes predeterminados de la aplicación, solo tienes que darle a “Conectar” para crear la conexión privada virtual con tu proveedor de VPN. A partir de ese momento, podrás navegar de forma segura y protegiendo tu privacidad por toda la red. Aunque las VPN añaden algunos pasos adicionales al intercambio de paquetes de datos, si tienes una conexión a Internet de banda ancha apenas notarás alguna diferencia en la velocidad de navegación, descargas, etc.
Eso sí, asegúrate de abrir la aplicación y conectarte a la VPN cada vez que enciendas tu ordenador y empieces a navegar. Recuerda que también puedes usar el servicio VPN que hayas contratado en tus dispositivos móviles como teléfonos, tabletas, portátiles, etc.
¿Has usado alguna vez una VPN para acceder a Internet? ¿Te parece útil? ¡Cuéntanos!
Soy periodista, redactor freelance y bloguero desde 2006. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí. Además, enseño a otros freelance cómo ganar dinero trabajando por su cuenta en RedactorFreelance.com y mediante mi ebook «Guía del Redactor Freelance». ¡Si quieres hablar, contacta!