Entras en una web porque has visto un anuncio o un enlace que te ha llamado la atención. Navegas por las diferentes secciones y te animas a rellenar un formulario para suscribirte o descargar un material interesante. En seguida te empiezan a llegar mensajes con más información útil y al final acabas comprando un producto o contratando un servicio.
La relación no termina aquí.
Desde Atención al Cliente te envían varios mensajes confirmando tu pedido, indicando los datos de acceso a tu cuenta y explicándote qué hacer si tienes cualquier duda o problema. También sigues recibiendo periódicamente su boletín con las novedades.
¿Te suena?
Es lo más normal hoy en día, pero lo que tal vez no sabías es que todo este conjunto de comunicaciones tiene un nombre: se llama marketing relacional y es uno de los nichos del mercado en el que hay más trabajo para los redactores, por una sencilla razón: todas las empresas quieren crear relaciones duraderas con sus clientes, y para ello necesitan contenidos de marketing relacional. Contenidos que escriben redactores como tú.
¿Comprarías un televisor a un desconocido que se te acerque por la calle y te diga «barato, barato»? ¿Darías tus datos personales a una empresa que te llame por teléfono porque tu número ha sido seleccionado al azar por una máquina? ¿Confiarías tu dinero a un banco del que nunca has oído hablar? Seguramente no, a menos que te guste especialmente el riesgo.
En Internet, sucede lo mismo. Cuando buscas información sobre un producto o servicio que necesitas, no metes los datos de tu tarjeta en el primer sitio que te aparece. Quieres saber con qué empresa estás tratando, quién está detrás, que opinan otros clientes… En definitiva, antes de realizar una transacción, prefieres establecer una relación con la marca en cuestión.
Las empresas inteligentes lo han entendido y, en lugar de intentar que compres por todos los medios en el primer contacto, intentan acercarse a ti de una forma abierta y proactiva. Te cuentan quiénes son y cuál es su historia. Te enseñan los diferentes productos y servicios que ofrecen y te permiten probarlos antes de tener que pagar nada. Si tienes alguna duda, se desviven por ayudarte a resolverla. Y cuidan tu experiencia para que tengas una opinión positiva de ellas, porque saben que los clientes descontentos dañan su reputación online.
Todo esto se lleva a cabo mediante el marketing relacional, que consiste en 3 etapas:
En todas las etapas del proceso del marketing relacional, los contenidos juegan un papel clave, como veremos a continuación. Toma nota, porque esto es lo que puedes ofrecer a tus clientes.
El funcionamiento del marketing relacional se basa en un ingrediente fundamental: el contenido. Desde la fase de atracción hasta la conversión o la fidelización, las empresas que quieren crear relaciones duraderas con sus clientes necesitan disponer de contenidos de calidad, capaces de despertar el interés de los clientes y reforzar su vínculo con la empresa que los proporciona.
¿Quién escribe estos contenidos?
Desde luego, no es trabajo del director de la empresa, ni de los comerciales, ni siquiera del departamento de atención al cliente… Todos estos perfiles tienen unas obligaciones claramente definidas, pero entre sus tareas no debería figurar redactar contenidos, por razones obvias: no tienen tiempo ni conocimientos para hacerlo.
Por eso, las empresas que hacen marketing relacional cada vez más buscan redactores con experiencia que puedan proporcionarles estos tipos de contenidos, que incluyen:
Si has llegado hasta aquí, seguramente es porque piensas algo del estilo «¡Oye, esto yo lo puedo hacer. Tengo experiencia/tampoco parece tan complicado». En ese caso, aquí tienes unos consejos para empezar a ofrecer servicios de marketing relacional a tus clientes:
Deja que otros se peleen por escribir artículos para blog más baratos: ¡el mundo de los contenidos es inmenso y el marketing relacional es un continente todavía por explorar!
¿Escribes contenidos de marketing relacional para tus clientes: correos electrónicos, mensajes de atención al cliente, guías y tutoriales, etc.? ¿Te parece un nicho interesante?
Soy periodista, redactor freelance y bloguero desde 2006. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí. Además, enseño a otros freelance cómo ganar dinero trabajando por su cuenta en RedactorFreelance.com y mediante mi ebook «Guía del Redactor Freelance». ¡Si quieres hablar, contacta!
Redactor Freelance
13 agosto 2019 at 15:39Me alegra de que el artículo te parezca útil, José. Efectivamente, el marketing relacional es imprescindible en el mundo actual de los negocios online, aunque muchas empresas ni siquiera sean conscientes de que lo llevan a cabo de una forma u otra (mejor o peor). ¡Saludos!
N José Vásquez
13 agosto 2019 at 11:23El termino relacional, me parece excelente. Por tanto, en el contexto, hay que procurar apreciarlo, acogerlo y cultivarlo. Para mí que estoy dando los primeros pasos en esta actividad y a este nivel, lo considero fundamental y punto de partida para el trabajo que voy realizar. Muchas gracias, amigo Roger, por esto del Marketing Relacional.
Redactor Freelance
12 agosto 2019 at 13:28Bueno, Rafa, ese es un debate que ha surgido últimamente. Para mí un copy y un redactor son lo mismo, son dos formas de referirse a la misma profesión (creación de contenidos con fines/usos comerciales). Pero si me van a pagar más, me pensaré rebautizar este sitio como El Blog del Copywriter Freelance 😉
Rafa
12 agosto 2019 at 12:15Vamos, lo que viene siendo también copywriting, ¿no? Es que según el contexto en el que te muevas te dicen que eso lo haces como redactor o como copy. Al final está claro que uno es un escritor freelance y tiene que atacar a todo lo que se menee. Pero la percepción en el mercado parece ser la de pagar más pasta por ese mismo trabajo a alguien que se haga llamar "copy" y no "redactor". Los redactores estamos para sacar adelante trabajo más farragoso y de batalla (y peor pagado).