Diez buenas razones para cobrar los trabajos de redacción por adelantado

¿Cuándo hay que cobrar al cliente: antes o después de realizar el encargo de redacción? Es una pregunta que me hacen a menudo los lectores de este blog y mi respuesta es la siguiente: pide siempre como mínimo el 50 % del importe del servicio por adelantado, el 100 % si se trata de importes pequeños (inferiores a 100 euros). Hay numerosas razones para trabajar de esta manera. ¿Te las cuento?

Como ya comenté en su día, uno de cada tres redactores freelance se han quedado sin cobrar algún trabajo, de acuerdo con la Infografía del Redactor Freelance. En mi caso me ha ocurrido unas cuantas veces, sobre todo los primeros años. A base de insistir, enviar burofaxes y montar follón en las redes sociales, la mayoría de las veces he acabado cobrando. Pero todavía conservo en una carpeta especial las facturas impagadas que me he tenido que «comer» en estos diez años que llevo trabajando por mi cuenta. ¡Y siguen doliendo igual que el primer día!

Por esa razón, siempre que alguien me pregunta recomiendo cobrar siempre por adelantado como mínimo el 50 % del trabajo. Pensaba que era una medida algo paranoica fruto de mis malas experiencias. Pero en el Encuentro de Redactores salió el tema y resulta que los mejores redactores, copywriters y otros freelance no mueven ni un dedo sin haber cobrado antes.

¡Por algo será! Pero si todavía no lo ves claro, aquí tienes diez buenas razones para hacerlo.

Confirmas la seriedad del pedido

Cuando llevas un tiempo dedicado a esto, te das cuenta de que existe un tipo de cliente (que yo llamo «el entusiasmado») especialmente peligroso para los redactores freelance. Se levanta por la mañana y decide que montará un diario digital, creará una página web o escribirá un libro. Contacta con un redactor de contenidos, le pide que empiece a trabajar porque lo necesita para ayer… ¡y por la tarde ya se le ha pasado el entusiasmo y decide que ya no le interesa seguir con el encargo!

No hay nada mejor para vacunarse contra estos exaltados y otras especies de clientes poco serios que pedirles que pongan el dinero por delante. La mayoría de veces ni siquiera protestan: simplemente, no vuelves a saber nada de ellos.

Transmites una imagen de profesionalidad

Si te pones a repasar las condiciones de contratación de los redactores y copywriters más influyentes o de otros gurús con prestigio en el sector freelance como Franck Scipion, verás que la mayoría no empieza a trabajar sin haber recibido al menos una parte del dinero por adelantado o tener otras garantías de pago (como un contrato de servicios de redacción). Por lo tanto, de cara a un cliente, pedir que te pague por adelantado es una muestra de que conoces tu profesión y sabes cómo se trabaja en el sector.

Además, eres tú quien debe fijar las condiciones de tu trabajo, no los demás. Como resume perfectamente el consultor de marketing online Joan Boluda en este artículo:

«Yo aconsejo que establezcáis vuestras condiciones desde el primer cliente, independientemente de vuestra situación. Si decidís cobrar por anticipado una parte del proyecto, y ese es vuestro criterio, debéis mantenerlo, aunque os cueste algún cliente. (…) Aunque parezca mentira, será en muy pocas ocasiones en las que realmente eso ocurrirá».

Evitas los temidos impagos

Quedarte sin cobrar un encargo produce un triple efecto negativo en tu trabajo como redactor freelance. En primer lugar, has regalado tu trabajo a alguien que muy probablemente se aprovechará de ello; en segundo lugar, has perdido un tiempo que podrías haber dedicado a trabajar para otros clientes que sí que pagan; y en tercer lugar, si ya has emitido la factura, tienes que asumir el IVA por el importe facturado y no cobrado. Es cierto que existe un procedimiento para recuperar el IVA de una factura impagada, pero debes esperar seis meses y seguir un trámite algo complejo, por lo que a menudo no vale la pena.

No dependes de los clientes lentos

Estoy a punto de irme de vacaciones y llevo casi tres meses esperando para cobrar un catálogo corporativo que me encargó una agencia con la que colaboro para un cliente suyo. Mi trabajo ya está hecho, pero el cliente de mi cliente no encuentra nunca el momento de revisar los textos y, como es una agencia internacional que funciona como un ministerio, hasta que el cliente no dé su aprobación no pueden darme la orden de pago para emitir la factura, y sin la orden de compra no puedo enviar la factura…

Tengo asumido que no podré facturar hasta septiembre, como mínimo, un trabajo que hice entre abril y mayo, pero que igual no cobro hasta final de año, porque además la agencia paga a 30 días siempre que mandes la factura antes del día tal….

Y ahora dirás: «¿Cómo? ¿No acabas de decir que no empecemos ningún trabajo sin cobrar por adelantado? ¡Te contradices!»

Y es cierto: en este caso hice una excepción porque la agencia es un buen cliente y estoy seguro de que cobraré… ¡Pero igual medio año después de haber hecho el trabajo! Sin embargo, como regla general, mejor cobrar primero y que el cliente se tome luego todo el tiempo que quiera.

Evitas la eternización del servicio

La expresión «eternalización del servicio» se la oí a la muy recomendable Lourdes Sánchez en el Encuentro de Redactores Digitales y me encantó. En este caso, me refiero a cuando el cliente prolonga interminablemente la finalización del servicio, por ejemplo pidiendo nuevas revisiones, «ahora se lo tiene que mirar mi socio», etc. Si no has cobrado, tienes muy difícil poder plantarte y decir «Hasta aquí hemos llegado. No estoy dispuesto a esperar más ni hacer más cambios sin coste adicional», porque lo más probable es que el cliente se enfade y diga «Pues ahora no te pago» (me he encontrado a verdaderos expertos en prolongar ad infinitum el momento del pago aferrándose a cualquier excusa).

Te proteges en caso de desacuerdo

Del mismo modo, si el cliente no queda satisfecho con tu trabajo y no consigues resolverlo mediante las correcciones que te pida en el texto, haber cobrado te coloca en una posición adecuada para poder buscar una solución a la disputa que sea satisfactoria para ambas partes. En cambio, si no has cobrado nada, el cliente tiene todos los ases en su mano para poder quedarse con tu trabajo y no pagarte porque considera que no está bien. Es decir, se trata de una situación de equilibrio: el cliente ha invertido su dinero y tú has invertido tu tiempo y esfuerzo; ahora a ver cómo lo solucionamos. Si no has cobrado antes, has invertido tu tiempo y esfuerzo pero el cliente no ha arriesgado nada en esta relación.

Sorteas los plazos de pago abusivos

Según la Ley de Morosidad vigente en España desde 2010, el plazo máximo para pagar a un proveedor son 60 días a contar a partir de la entrega de los productos o prestación de los servicios. Este plazo fue confirmado en 2016 por una sentencia del Tribunal Supremo que prohíbe pagar a proveedores a más de 60 días…

(Ahora es cuando tengo que hacer una pausa para secarme las lágrimas de la risa que me entra al leer esto… ¡Perdón!)

Yo he tenido clientes que pagaban, atención, a 270 días desde la fecha de la factura «y si no te gusta, pues contratamos a otro». Ya no trabajo para esta gente, pero sigo teniendo algunos clientes que tardan hasta tres meses en pagarte una factura: porque no la enviaste antes del cierre del mes, porque tienen problemas de tesorería, porque el de finanzas está de vacaciones, etc.

En estas situaciones, haber cobrado una parte del trabajo por adelantado te permitirá resistir mejor hasta que el cliente se digne a pagarte el resto del encargo.

Evitas problemas de tesorería


Los autónomos en España y los freelance en general de cualquier país tenemos un problema: primero pagamos y luego cobramos. Me refiero a que cada mes tienes que pagar tus impuestos, tus gastos, etc. pero como decía en el punto anterior, con suerte cobras 30 o 60 días después de haber entregado un trabajo. Esto genera lo que en terminología financiera se conoce como «tensiones de tesorería», que básicamente significa: me deben un montón de dinero, pero no tengo ni para pagar el alquiler.

Los problemas de tesorería no son ninguna tontería porque más de una empresa se ha ido a pique al no poder pagar las nóminas, a los proveedores, etc. aunque tenía mucho dinero pendiente por cobrar. ¡Imagínate un freelance! Por eso recomiendo tener siempre un poco de dinero ahorrado (para no depender de si un cliente te paga este mes o el siguiente) y cobrar parte del trabajo por adelantado.

Es lo normal en la mayoría de los sectores

Encargas una reforma y te piden 1.000 euros por adelantado «para materiales»; contratas a un abogado y te solicita una provisión de fondos; vas al dentista y no te hace ningún tratamiento mínimamente costoso si no desembolsas al menos una parte del dinero… En la mayoría de los sectores profesionales se cobra por adelantado y el cliente no discute porque es lo habitual y porque no encontrará a otro profesional que trabaje de forma distinta. ¿Por qué en el caso de los redactores freelance tiene que ser diferente? 

Tenemos que empezar a desterrar el «primero trabajo, luego a ver si cobro», al igual que otras prácticas que casi solo ocurren en nuestro sector como las pruebas de redacción sin cobrar.

A veces cobrarás sin tener que trabajar

No es algo que suceda a menudo, pero me ha pasado algunas veces en estos diez años que llevo como redactor freelance. Un cliente contrata un servicio de redacción, paga todo o una parte por adelantado, empiezas el trabajo y en un momento dado… ¡el cliente desaparece y no vuelves a saber nunca más de él! Me ha ocurrido sobre todo con servicios de prepago que vendo en otras páginas, pero también con algún encargo de más envergadura.

Lógicamente, cuando esto sucede hago todo lo posible por retomar el contacto con el cliente y devolverle el dinero si es necesario (menos la parte que corresponde al trabajo que ya he realizado), pero no siempre es posible: el cliente ha cambiado de trabajo, la empresa ha cerrado, ha tenido un problema personal…

Puede parecer un poco caradura esto de quedarte el dinero sin acabar el trabajo, pero ahora piensa en la situación inversa: ¿qué pasaría si tú haces el trabajo y el cliente desaparece sin haberte pagado?

Ahora te toca a ti: ¿cobras tus trabajos por adelantado, al menos una parte? ¿Por qué?

Comentarios

  • Redactor Freelance
    9 noviembre 2017 at 17:35

    Gracias por compartir tu experiencia, Laura Elena. Yo con las revisiones no he tenido muchos problemas, nunca me he sentido en la necesidad de limitarlas pero me parece una buena práctica. Lo que más me suele pasar es que envío el texto, el cliente no contesta por cualquier razón (está ocupado con otra cosa, ha cambiado de trabajo, etc.) y al final el tema se alarga indefinidamente o me quedo sin cobrar. Ahora mismo creo que me está pasando algo así con un cliente de Francia que respondía muy bien hasta el verano y desde el último trabajo y factura que le mandé… ¡No hay respuesta! Mira que llevo años en esto y todavía no aprendo… 🙁

  • Laura Elena
    7 septiembre 2017 at 11:28

    Es una historia lo de los pagos. Yo aprendí contigo a cobrar el 50% al comenzar, y con el ensayo-error he aprendido que hay que poner un límite con las correcciones desde el principio para evitarse problemas, porque, como dices, a veces hay clientes que se eternizan con las correcciones y el trabajo se extiende más de la cuenta; a mí me ha pasado que el cliente no lo hace por alargar el momento del pago, lo hace porque es la primera vez que contrata a alguien para que le haga una redacción y sobre la marcha va teniendo nuevas ideas que te pide que hagas. Esto puede ser un engorro, pero cuando me ha ocurrido he optado por conversar y aclarar las cosas.
    ¡Saludos!

  • Redactor Freelance
    19 julio 2017 at 07:35

    ¡Hola Vessela! Encantado de saludarte, a ver si sale el trabajo y con tus condiciones, de lo contrario no te preocupes porque habrá más clientes. Me puedes escribir a redactorfreelanceblog[at]gmail.com para cualquier consulta que tengas. ¡Saludos!

  • Unknown
    18 julio 2017 at 18:42

    Gracias Roger. Acabo de empezar.A mi primer cliente le pedí la mitad por adelantado.Todavía no tengo respuesta y espero que no me lo discuten. Me gustaría mucho seguir en contacto contigo. Gracias!

  • Redactor Freelance
    18 julio 2017 at 16:07

    ¡Gracias Verónica!

    ¿Sabes si en Argentina se suele hacer pago por adelantado, a la entrega o cómo es costumbre?

    Me refiero a los trabajos de freelance.

    Saludos,

    Roger

  • Unknown
    18 julio 2017 at 14:58

    Muy interesante el escrito y los consejos! son de mucha ayuda para abrir los ojos y tenerlos presentes a la hora de aceptar un trabajo. ¡Gracias! Saludos desde Argentina

  • Redactor Freelance
    18 julio 2017 at 07:30

    Hola Ricardo:

    Estoy de girar los recibos no me ha pasado, que no haya fondos para cobrar un cheque o pagarme la factura después de esperar 60 0 90 días y contar con ello, lamentablemente sí.

    Me parece aceptable esperar hasta 30 días para cobrar una factura, más ya no. Pero desde luego para mí es mucho mejor cliente quien paga cuando le manda la factura. Yo a mis proveedores como máximo tardo una semana en pagarles, porque considero que es un tema básico de profesionalidad.

    Las prisas no me inquietan, pero cuidado con los clientes que aceptan el precio sin preguntar nada, ni siquiera la forma de pago o el plazo. ¡Eso es que probablemente no tienen intención de pagar!

    Saludos,

    Roger

  • Unknown
    18 julio 2017 at 07:02

    A mí algún cliente me ha pedido que le gire recibos directamente a su cuenta.
    Pero si al pasar el cargo, el cliente no tiene fondos (como casi todos los pagos llegan a la vez, esto es algo que no debe descartarse), la devolución supone unos costes muy elevados que me como yo.
    Y otra cosa que me fastidia terriblemente es eso de tener que esperar 15, 30 o 60 días para el pago de la factura.
    Yo tengo comprobado que cuanta más prisa meten para tener los textos preparados, más tranquilos son para pagar.

Añade un comentario