Los mapas mentales se han vuelto imprescindibles en mi día a día como redactora, me ayudan a ser más productiva y eficiente, por eso decidí compartirte más sobre esta gran herramienta.
Pero, comencemos por el principio, ¿qué son los mapas mentales?
Probablemente muchos los vimos en algún punto de la escuela, ya sea en la educación básica (primaria) o secundaria, pero como es un tema que viene y se va, recordemos un poco sobre ellos.
Los mapas mentales son diagramas con colores. Se toma una idea principal y, como un apunte visual, comenzamos a colocar frases, imágenes, palabras y todo tipo de ideas alrededor. Pueden colocarse en el sentido del reloj o a “contrarreloj”, como nos funcione mejor. Se vuelve la representación gráfica de un tema, con líneas que van interrelacionando las ideas con sus conceptos secundarios o específicos.
A continuación te muestro un ejemplo de un mapa mental creado para escribir un artículo sobre la localidad turística de Xilitla, en México:
¿Por qué son tan conocidos? Aunque existen desde siempre (se dice que Leonardo Da Vinci los utilizaba), Tony Buzan fue la persona que impulsó su uso en 1974, cuando publicó el libro Use your head. En español este libro no salió hasta 1987 y se llamó Cómo utilizar su mente. Desde entonces, este mismo autor ha publicado otros libros sobre mapas mentales con gran éxito.
Fue él quien nos hizo ver que el cerebro está lleno de conexiones neuronales y cuando vemos una imagen de estas conexiones podemos ver un enramado de neuronas y los enlaces más azarosos, algo que no reflejamos cuando intentamos meter todo en un formato lineal o plano.
Nuestro cerebro conecta las ideas de forma lógica y creativa, así que los mapas mentales lo emulan bastante bien.
Como los mapas mentales emulan el funcionamiento del cerebro, ayudan a organizar mejor las ideas, comprender con mayor facilidad y retener mejor la información.
Cuando estoy escribiendo algo o recopilando información uso el mapa mental, como apoyo o para volcar la información, y ante una interrupción solo atiendo lo que haya surgido y al regreso sigo capturando información donde me quedé o leo de nuevo la frase o palabra clave del mapa mental y retomo con facilidad el hilo de la redacción, aunque me haya quedado a medio renglón. El proceso de generación no se interrumpe y no pierdo la idea.
Al permitir la creatividad hasta este punto, al momento de redactar las ideas son 100% originales, quedan mucho más integradas e incluso permite tomar una perspectiva mucho más integral. También, al momento de terminar la recopilación se jerarquiza o categoriza y gracias a sus elementos visuales (colores y líneas curvas) se siente mucho menos pesado este paso.
Ahora que sabemos qué son, ¿por qué habríamos de usar mapas mentales? Aunque todos tenemos nuestro propio método para redactar y planear proyectos, si son en algo como yo era, tratamos de crear categorías antes de comenzar, enlistar los puntos importantes y meter las ideas en un formato plano.
A muchos les funciona eso, pero definitivamente yo debía concentrarme tanto para realizar redacciones que cualquier cosa me distraía y me hacía enojar. Si entraba una llamada, si aparecía un correo importante (que intentaba ignorar) o si recordaba alguna tarea importante que debía apuntar, eran interrupciones no bienvenidas que me hacían perder el hilo de la idea.
Al momento de sentarme de nuevo en la computadora releía el último renglón, recurría a la información que estaba usando y si el renglón estaba incompleto tenía que borrarlo y escribirlo de nuevo con la nueva idea que había aparecido ante la información, porque no recordaba cómo iba anteriormente.
Era exasperante y me hacía muy recelosa de mi tiempo de trabajo. Afortunadamente, ya no tengo ese problema.
Eso nos lleva al siguiente punto, donde veremos que los mapas mentales tienen muchas más aplicaciones que simplemente escribir.
Si te parecen interesantes, quizás te preguntes para qué pueden servirte.
No solo son útiles para redactar artículos. Pueden ayudarte a aumentar tu productividad y aplicarse en áreas como la académica, laboral, académica y personal, ¡incluso para generar guiones! A la larga te ahorran bastante tiempo y te ayudan a llevar un mejor orden.
Ahora, puede sonar muy emocionante, pero ¿cómo empezar?
Por experiencia propia, creo que no hay mejor forma de aprender a usarlos que usándolos, pero, si quisieras alguna especie de pasos a seguir y recomendaciones, serían los siguientes.
En algunos artículos sí comienzo con categorías, por ejemplo, para turismo escribo primero: “Ubicación”, “Historia”, “Qué hacer”, “Dónde comer”, “Cómo llegar” y “Clima”.
A partir de esto comienzo a investigar y lleno en cada categoría la información pertinente, sin embargo, siempre termino escribiendo frases que no sé a dónde pertenecen y las acomodo hasta el final en una de estas categorías.
Para utilizar mejor las herramientas o explicar tus mapas, pueden servirte los siguientes conceptos:
Los mapas mentales pueden hacerse en papel, como alguna vez nos enseñaron.
Pero, afortunadamente, en la actualidad hay muchas más herramientas.
Para el celular Android (creo que también existe para iPhone), he decidido que la mejor es miMind, probé varias, pero esta te permite compartir en PNG, JPG, PDF y mandarlo a tu correo sin costo. Solo te permite hacer 10 mapas gratuitos, pero en mi caso voy borrando los que ya utilicé, después de compartirme la imagen final. Tiene una versión en computadora, pero no es nada intuitiva y me pareció que entorpece el mismo proceso de usar un mapa mental. Sin embargo, ¡en Android es la mejor!
Para la computadora Windows (creo que también funciona en Mac), mi herramienta a ojos cerrados es Xmind ZEN. Es realmente intuitiva porque usas teclas como “Enter”, “Tab”, “Borrar” y las flechas de la computadora. Me descargué la versión de prueba, pero un mes después no he necesitado comprarla y con las funciones gratuitas que tiene son más que suficientes.
Si no quieres descargar nada o no se puede, en internet he llegado a utilizar Coogle. Es el mapa mental de Google y no me encanta porque las ideas quedan desordenadas y si las quieres acomodar solo se puede de manera manual. Si tienes una idea muy creativa o no puedes acceder a otras plataformas puede funcionar.
Llevo usando mapas mentales relativamente poco tiempo, pero ahora si no los uso siento que los artículos quedan acartonados, poco frescos y menos hilados (por supuesto que hice un mapa mental para este artículo sobre mapas mentales).
Además, los he utilizado para mi planeación mensual dándome una guía rápida y para el área académica, ayudándome a comprender y retener mucho mejor la información.
Creo que no hay mejor opción que probar una herramienta. Si decides que no es para ti, al menos la habrás conocido.
¿Qué te parecen los mapas mentales? ¿Los conocías? ¿Los usas? ¡Comenta!
Soy periodista, redactor freelance y bloguero desde 2006. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí. Además, enseño a otros freelance cómo ganar dinero trabajando por su cuenta en RedactorFreelance.com y mediante mi ebook «Guía del Redactor Freelance». ¡Si quieres hablar, contacta!
Redactor Freelance
21 marzo 2019 at 07:04Me alegro de que te sea útil, Adriana. ¿Conocías los mapas mentales? ¿O qué sistema usas para planificar tus textos?
Unknown
20 marzo 2019 at 11:21Muy buen artículo! muy útil, muchas gracias!
Redactor Freelance
20 marzo 2019 at 07:02Sí, lo cierto es que las aplicaciones de los mapas mentales son muy amplias, incluso fuera del ámbito de la redacción y la creatividad. ¡Gran herramienta!
Monzon
20 marzo 2019 at 00:15Me da mucho gusto que alguien comparta esta herramienta tan útil para cualquier tema
Redactor Freelance
18 marzo 2019 at 11:08A mí también me ha parecido muy interesante, Patricia. Yo uso otra técnica parecida que son los mapas de contenidos, pero es mucho menos visual y flexible. Lo explicaba aquí:
redactorfreelance.com/2014/10/0-0-1-1039-5718-redactor-freelance-47.html
¡Saludos!
Patricia Suárez
18 marzo 2019 at 10:52¡Una herramienta superinteresante! Gracias por compartirla, habrá que investigarlo en profundidad.