Un coach de autores es una persona con amplia experiencia en el mundo editorial, que conoce el sector y está atento a sus novedades. Sin esta experiencia y conocimiento, no puede desempeñar bien su papel.
Yo me dedico a asesorar a autores que desean publicar en una editorial tradicional u optan por autopublicar. En muchos casos, desconocen cómo proceder. Suele ocurrir que han estado bastante tiempo enviando originales, y no han hallado respuesta positiva. Por ese motivo, confeccioné una cartera de servicios amplia de la que cada uno pudiera tomar todos o solo aquellos que necesitara.
Dividiría a mis clientes en dos grupos: aquellos cuyo proyecto es publicar algo sobre su campo profesional y aquellos cuya meta es ver impresa una obra de tipo literario. Ambos requieren visiones distintas.
Algunas personas llegan con su libro hecho. Otras tienen ya la idea, pero no se han puesto a escribir. Debemos, entonces, determinar qué necesitan de mí. Vemos de dónde partimos y determinamos el objetivo final. Programamos un calendario y firmamos un contrato.
¿Cómo los ayudo? Pues nuevamente hablaré de mi cartera de servicios, que incluye lo suficiente como para que cada uno escoja lo que más se le adecue: la confección del esquema general; el análisis del esquema del propio autor; la lectura comprensiva del texto, cuya finalidad es localizar inexactitudes, repeticiones de contenido, de explicaciones, lagunas argumentales, incoherencias, etc.; la preparación de un informe de lectura profesional que reflexiona sobre los puntos débiles y fuertes del texto y donde ofrezco una valoración literaria y comercial; la corrección de estilo; la corrección ortotipográfica; los modos de registro de una obra; la presentación profesional del libro y la selección de editoriales a las que ofrecerlo; la asesoría sobre autopublicación; la creación de textos para contracubiertas; la elaboración de reseñas y la guía sobre publicitar el libro en distintos canales.
Yo soy licenciada en Filología Hispánica. Al finalizar estos estudios, realicé cursos de formación de correctores de estilo y de formación de correctores de ortotipografía. También obtuve el CAP y la titulación de un curso de desarrollo de proyectos editoriales de la que fue mi facultad.
Me dediqué durante un tiempo a la enseñanza de español para extranjeros. Combiné esta faceta con mis primeros encargos de corrección como externa para editoriales y, más tarde, formando parte de la plantilla.
En este sentido, mi experiencia más nutritiva en el campo editorial vino de la mano de la editorial Everest, donde estuve ocho años ocupándome de varias tareas de las que forman parte de la cadena del libro: autoría de materiales propios, correcciones, maquetación, trato con autores y colaboradores y, por último, la edición.
Desgraciadamente, Everest, tras varios años luchando por no llegar a ese extremo, cerró sus puertas en 2015, lo que me hizo replantearme mi camino laboral. Hoy puedo decir que lo que me pareció un duro golpe me ha traído consecuencias muy positivas tanto en lo personal como en lo profesional.
Sí, se vive un boom, es cierto, propiciado por cambios rapidísimos a los que la industria tradicional no ha sabido o no ha podido dar salida.
Me gustaría, si me lo permites, hacer una pequeña distinción entre autoedición y autopublicación. Considero que nadie puede editarse bien a sí mismo. Es imposible. Un buen trabajo de edición ha de ser objetivo. En ese aspecto, desecharía el término. Por otro lado, sí es posible autopublicarse, porque nadie te va a solicitar estándares de calidad: lo escribes, no le das vueltas y pagas por obtener un número de ejemplares, que perfectamente me pueden hacer en la imprenta de mi barrio, sin ir más lejos, o lo subes a una plataforma y esperas a ver qué ocurre. Ahí has autopublicado, pero nadie te lo ha editado ni te ha asesorado mientras escribías y eso se va a notar.
Lo que yo he percibido es que hay personas que buscan ver impresa su obra, como bien dices, por la satisfacción consigo mismas, pero que no renuncian a los buenos estándares de calidad que mencioné antes. Es normal, porque es algo que hacen para estar orgullosos, pero no buscan el tesoro al final del arcoíris.
Tampoco tienen intención de publicar de cualquier manera aquellos que quieren vivir, aunque sea parcialmente, de escribir y de ir generando nuevos títulos, los que tratan de labrarse un camino a la larga.
Por supuesto, ni de lejos se lo plantean los profesionales que quieren poner en el mercado un libro sobre su especialidad que les proporcione reconocimiento y mayor prestigio y publicidad para su negocio. Estos profesionales venden los ejemplares también en sus despachos y en las jornadas y conferencias a las que asisten. Suman un plus a su consideración por parte de sus clientes, se distinguen. El libro, directa e indirectamente, les genera más dinero.
Dicho esto, sí se puede ganar dinero con la autopublicación. Estar entre los más vendidos y tener buenas críticas por parte de los lectores insta a las editoriales a interesarse por ellos y a que sean ellas quienes los busquen. La tortilla se da la vuelta. Es decir, los nuevos canales de venta son, a la vez, canales de promoción.
Como bien apuntas, hay muchas, y van surgiendo más, por lo que daría para mucho. No recomiendo estar en todas, sino hacer introspección y saber mis aspiraciones y objetivos. Es mejor centrar los esfuerzos y estudiar con detenimiento el alcance y las condiciones de cada plataforma. Yo voy a hablaros de cuatro según las experiencias que han tenido los autores y dando alguna pequeña información técnica, pero, para aquellos que tengan un gran interés, aconsejo el libro Plataformas de publicación digital: ventajas y desventajas, de Valentina Truneau.
Para mí, Amazon es la imprescindible. Digamos que no puedes no estar. Luego, debes evaluar si te compensa estar suscrito a Kindle Direct Publishing (KDP), que pide exclusividad, pero que supuestamente te otorga muchas ventajas de promocionales. Digo supuestamente porque depende de lo que esperes y de la estrategia que puedas poner en marcha. Hay que evaluarlo para no decepcionarse. Siempre puedes ponerlo a la venta sin pasar por KDP y colgarlo en más plataformas a la vez. En cuando a Create Space, que es el servicio de Amazon para el libro físico, es muy bueno. La impresión es muy correcta y el sistema de entrega es el que conocemos. Y tiene de positivo la buena visibilidad, como en el formato digital. Es genial para conferencistas, en este aspecto, porque te los envían al lugar donde vayas a dar tu conferencia y evitas el engorro de las maletas llenas de libros. Así los vendes tú directamente a tu público.
iBookStore es la tienda de venta de libros electrónicos para dispositivos de Apple. Ya solo esto suena genial, pero hay que estar dispuesto a pasar por sus trabas: tienes que tener Tax ID y el iTunes Producer, y no todos los autores cuentan con un Mac con OS X 10.8 o posterior. Luego puedes elegir entre hacerte una cuenta para ofrecer libros gratuitos o una cuenta de venta.
Google Play es la opción para los que no cuentan con dispositivos de Apple, sino que tienen Android. Abre, por tanto, un mercado gigante. Hay que crearse una cuenta. Sin embargo, parece que en los libros electrónicos no tiene tanto peso como iBookStore.
Finalmente, Autopublicación Tagus es de la Casa del Libro. Si tu nicho de lectores lo quieres centrar en España, tienes que estar. ¿Y por qué? Porque lo pondrás a la vista en la propia Casa del Libro y en otras cadenas comerciales españolas. Yo misma tengo un Tagus y, aunque mi primer amor es el libro físico, he aprendido a amarlo.
El problema para el autor desconocido suele ser que se le haga, en las librerías, un espacio para el libro físico. La rotación es altísima, los ejemplares duran muy poco en las estanterías, y fíjate en que hablo de estanterías y no de las mesas, que es el lugar privilegiado. Lo más probable es que el librero te atienda con buenas palabras y te explique que no tiene espacio para tu bonito libro impreso con buen papel, pero es que eres desconocido y él quiere vender (y tiene su lógica). El mercado está copado por grandes distribuidoras y, si no estás entre sus clientes, lo tienes muy difícil. ¿Y quiénes son sus clientes? Pues las grandes editoriales. Es la pescadilla que se muerde la cola.
Si te vas a mover mucho por ferias, imprime bajo demanda. Si tu idea es hacer tu libro profesional, imprime bajo demanda. Las grandes tiradas en ófset están limitadas a un gran capital que espera un gran retorno, de ahí que se hagan para escritores consagrados. Yo siempre digo que ese puedes ser tú en el futuro.
Por tanto, el autor que desee darse a conocer y vender hará mejor en optar por la publicación digital, que le proporciona esa visibilidad de cara a los compradores y de cara a las editoriales que sí logran hacerse con esos huecos. Además, las plataformas ofrecen al cliente comprar el libro en papel.
Es mucho más difícil. Sobre todo, en España. Aquí es un sector inestable y, la nuestra, una sociedad un tanto desligada de la lectura, lo cual influye para que la toma de la decisión de invertir en un autor novel sea larga, exasperante para el autor o, sencillamente, inviable para la editorial.
Lo cierto es que, sorprendentemente, todos los autores, y digo todos, con los que he trabajado, han recibido varias respuestas de editoriales interesadas en leer el original. Me siento muy orgullosa de esto, ciertamente, porque hoy en día, eso es un triunfo para cualquier coach de autores.
Una vez pasada esa criba, algunos han recibido ofertas que no han aceptado por diversos motivos: porque la fecha de publicación e inclusión en el catálogo era lejana y no querían esperar, porque las condiciones económicas no les parecían apropiadas, etc. Es curioso, pero han preferido autopublicar.
Puedes darte a conocer dentro de un género que esté de moda, pero ¿es ese el género en el que te ves dentro de cinco años o vas a querer explorar otros? ¿Lo haces con la exclusiva finalidad de darte a conocer? Cuidado: las modas son perecederas y un poco traicioneras: quizás te veas encasillado en algo que, a la larga, no puedas o no quieras defender. Si te apuntas a una moda, cuando la moda desaparezca, tú caerás con ella. Si yo fuera Federico Moccia, estaría al borde del suicidio: años y años rondando el mismo tema. Puede tener muchas otras cosas que contar, pero los lectores no las van a querer escuchar. Es decir, está obligado a seguir esa línea.
Como hay público para todos los géneros, yo apuesto más por centrarse en la línea que uno domina, para dotarla de continuidad y de seguimiento por parte de tus lectores, lejos de modas, y atendiendo a tu propia voz. Escribir es muy duro: si no la escuchas, lo será aún más, porque te estarás forzando muchísimo.
Pues tengo que volver a decir que autoeditar no es posible: el libro, con toda seguridad, no será un buen producto, si usamos la terminología de mercado. Puedes autopublicar, eso sí, pero la edición no será la idónea.
Dicho esto, proliferan las plataformas para que subas o imprimas tu libro.
¿El producto final es digno? Sé que me meto en un jardín, pero, salvo honrosas excepciones, no, porque la buena edición y la buena corrección brillan por su ausencia. Las cubiertas son todas iguales: una foto de Shutterstock o similar y listo. Te arriesgas a que tu nombre se asocie a un libro que no es bueno y luego es difícil que eso remonte.
También me pregunto, no creas, por qué se quiere obligar a alcanzar ciertos estándares a unos y no a otros, porque tampoco es oro todo lo que reluce en las editoriales tradicionales. Yo misma, sin ir más lejos, he dejado de leer libros de determinadas editoriales porque sé lo que me espera.
Yo aconsejo partir de cero con un coach. Al conocer el mercado, sabemos orientar desde el principio y, siempre desde el respeto, plantear la mejor opción para el autor. Ahora mismo trabajo con un autor, psicólogo, interesado en preparar un original que expone las bases de un método educativo desarrollado por él y que le está dando muy buenos resultados.
Bien, este método propone una serie de pasos, aplicables, según su criterio, desde que el niño es un bebé. Uno de los puntos trata sobre el sueño del bebé. ¿Para qué vamos a entrar en polémicas que pueden perjudicar a la obra? Ya hay dos corrientes bien diferenciadas y creo que no es conveniente posicionarse del lado de ninguna de las dos. Por tanto, de forma consensuada, hemos decidido dejar de lado la franja de edad de los cero meses a los dos años y centrarnos en contar las bondades del método a partir de esa edad. Ahí hemos ahorrado un tiempo de trabajo considerable.
Esto es aplicable a cualquier libro, de ficción o de no ficción, puesto que hay infinitas posibilidades y es mejor, así me ha quedado demostrado, especificar bien una serie de factores que ya tengo esquematizados y ceñirse a ellos.
Siempre trabajo con la máxima sutileza y razonando todo, pero dejo en manos del autor la decisión final, ya que es su obra y su trabajo merece todo mi respeto, pero, si tengo que dar una respuesta más directa, te diría que sí, que suelen aceptar cambios y comentarios sin ningún problema.
Sí, a día de hoy, es fundamental, sobre todo, tener tu propia web, sobre todo, si vas a escribir sobre tu área profesional, puesto que te da visibilidad y es un canal de venta directa alternativo con grandes posibilidades, sobre todo, para tu bolsillo. Tu margen de ganancia es mayor y, a fin de cuentas, has invertido dinero y lo quieres recuperar, pero tu página web no es la panacea si no trabajas el marketing.
Pensar en el pago mediante PayPal es fantástico porque muchísima gente tiene una cuenta. El autor debe pensar en poner las cosas fáciles, pero también debe calcular cuánto se va a quedar PayPal de comisión.
Algún autor me ha hablado de E-junkie, y de que lo utiliza junto con PayPal. Usa ambos porque E-junkie automatiza la venta y la descarga y PayPal le sirve como pasarela de pago. Así puedes hacer ofertas, descuentos y el proceso de descarga queda listo.
Sin duda, lo que más ayuda a la promoción y a las ventas es la presencia en las redes sociales. Un buen perfil y una estrategia correcta dan resultados excelentes.
Otro buen recurso es contactar con páginas dedicadas a la literatura y al libro y ofrecernos a hacerles llegar el libro, para que lo puedan leer y dejen su crítica y reseña, e incluso nos entrevisten. Normalmente son accesibles y generosos y ponen toda clase de facilidades.
No hay que desestimar las notas de prensa, los artículos en diarios y revistas de distinto alcance y la posibilidad que tenemos de crear un booktrailer y colgarlo, por ejemplo, en YouTube.
Lo primordial es estar seguro de qué quieres contar, de que tienes una buena idea o una historia que dejará huella.
Otro factor crucial es disponer de tiempo para poder escribir. Yo siempre pregunto cuánto tiempo puedes dedicarle a la escritura a la semana.
Después, si, pongamos un ejemplo, el autor me dice que tiene libres ocho horas, llega el tercer factor: el compromiso. Yo le voy a dar trabajo para ocho horas para cumplir con los plazos de entrega que nos hayamos propuesto alcanzar. Reviso cada entrega los viernes y reoriento, si es necesario. Si acordamos en septiembre unas horas libres y luego se apunta a pilates, fantástico, pero dormirá menos, porque esas horas las tiene que respetar.
Así pues, las claves para publicar se pueden resumir en: buena idea o buena historia, tiempo disponible y compromiso.
¿Y tú has publicado algún libro o te gustaría hacerlo? ¿Te has planteado recurrir a un coach de autores? ¡Cuéntanos!
Soy periodista, redactor freelance y bloguero desde 2006. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí. Además, enseño a otros freelance cómo ganar dinero trabajando por su cuenta en RedactorFreelance.com y mediante mi ebook «Guía del Redactor Freelance». ¡Si quieres hablar, contacta!
¡Gracias, Joana! Totalmente de acuerdo, ser lector e incluso escritor no te convierte en un buen editor. Y sin una buena edición, no es posible publicar un libro de calidad.
Porque libros hay muchísimos ahora mismo en el mercado, pero que merezcan leerlos, no tantos.
Maravillosa entrevista, y sobre todo: realista. En 2012 arriesgué y publiqué un manual para ayudar a hablar en público. Si lo tuviera que volver a escribir sé que lo haría de otra forma. Ahora ya no hay vuelta atrás. Soy redactora y soy lectora, pero eso no me convierte, como bien dice Patricia, en una experta escritora. El libro que tengo ahora entre manos, lleva meses en una carpeta, lo he enviado a diferentes personas y perfiles para que me den su opinión y, sobre todo, sean sinceros en su veredicto. Hoy día cualquiera puede publicar un libro, pero que el libro sea digno ya es otra cosa. Es importante que las pequeñas editoriales no desaparezcan. Enhorabuena al responsable del blog 🙂 y a la entrevistada por sus consejos tan útiles.
Raquel Asenjo Dávila
14 marzo 2022 at 14:08Respuestas impecables de toda una profesional. Lo comento con conocimiento de causa. A mí me guio Patricia con tino y amabilidad.
Roger Garcia - Redactor Freelance
14 marzo 2022 at 14:50Pues me alegra oír eso, Raquel, y te deseo los mayores éxitos con tu libro.