El otro día leí un estudio que asegura que uno de cada tres trabajadores teme que su puesto de trabajo desaparezca debido a la automatización. Y me pregunté: ¿puede pasar lo mismo con los redactores? Aparentemente, el trabajo de redactor tiene un componente creativo que ninguna máquina podrá llegar a imitar jamás. Pero la realidad es que ya existen aplicaciones que escriben comunicados de prensa, noticias de finanzas o deportes e incluso artículos para blog… Y esto es solo el principio: ¿llegará un día en que los redactores seremos sustituidos por un programa?
Hay un famoso teorema de probabilidad que dice que si un mono pulsara sobre un teclado al azar durante un periodo de tiempo infinito, en algún momento podría escribir El Quijote.
La verdad, no creo que los monos vayan a acabar sustituyendo a los redactores, sería un poco de lío pero… ¿y si en lugar de un simio habláramos de un software de inteligencia artificial capaz de escribir textos?
Esto no es ciencia ficción. Ya hay programas capaces de redactar contenidos y están siendo utilizados por empresas, agencias de noticias e incluso medios de comunicación.
Aquí van algunos ejemplos:
Claro que una cosa es que un software pueda generar un texto y la otra que el resultado sea un texto de cierta calidad, similar al que podría escribir un redactor profesional humano.
En 1950 Alan Turing, el padre de la informática, diseñó una prueba llamada test de Turing para medir la inteligencia artificial. Turing propuso que, para poder afirmar que una máquina es realmente inteligente, debía ser capaz de mantener una conversación por escrito con un humano de forma que este fuera incapaz de determinar si estaba hablando con una persona o con una máquina.
A esto le llamó «el juego de la imitación» y no fue hasta 2014 cuando un programa de ordenador consiguió superar el famoso test, aunque para ello se hizo pasar por un niño y solo logró convencer a un tercio del jurado, por lo que muchos cuestionan su validez.
Pues bien, en el caso de los textos generados automáticamente, en mi opinión aún están lejos de poder pasar por textos escritos por un humano. Por ejemplo, le pedí a Articoloo que escribiera un artículo automático sobre ascensores verticales y el resultado fue esto:
Artículo automático generado por el software de Articoloo. |
Bueno, el artículo no está del todo mal, al menos no contiene faltas, pero no tiene mucho sentido y, lo más importante, no habla para nada sobre el tema del artículo. Igual piensas que he elegido un tema demasiado difícil o concreto; en ese caso, te animo a probar el servicio de redacción automática de Articoloo, que es de pago pero tiene un pequeño truco: si compartes su página en redes sociales, el primer artículo te sale gratis (así he realizado yo esta prueba).
Seguro que existen otros algoritmos que pueden hacer un mejor trabajo y a los que no se he podido acceder. La pregunta es: ¿hasta qué punto pueden ofrecer un texto de buena calidad?
Como no soy especialista en programación ni en lingüística, he pedido la opinión a varios expertos a través de la plataforma YouCheck. Y la verdad es que he aprendido cosas muy interesantes respecto a este tema tan fascinante.
Por ejemplo, hay una empresa española que se llama Narrativa y que usa la inteligencia artificial para generar descripciones de productos de e-commerce, descripciones de inmuebles para portales inmobiliarios, mensajes de atención al cliente para empresas de telecomunicaciones e incluso contenidos para medios de comunicación. Esto no es un experimento ni un proyecto, es una empresa comercial que trabaja para clientes como EFE, MSN, El Periódico de Cataluña, etc. Según asegura David Llorente, CEO y cofundador de Narrativa: «Ya es una realidad y multitud de medios usan esta tecnología para la generación de noticias. En España cada semana se generan más de 250.000 noticias automáticas”.
Por su parte Oscar Fuente, CEO y Fundador de IEBS Business School, diferencia entre la automatización y la inteligencia: «Es bastante probable que un ordenador pueda crear textos con sentido en un tema determinado si se le han cargado conversaciones y escritos relacionados con esa temática junto con las reglas gramaticales y además ha sido bien entrenado el algoritmo de escritura. Para un determinado tipo de textos, como reseñas o descripciones de productos en e-commerce, el resultado puede ser equivalente o incluso superior al de un ser humano. Afortunadamente pienso que todavía el estilo único y personal que tiene un periodista no puede ser recreado por una máquina, solo puede ser imitado».
Jordi Carrera, especialista en tecnología de procesamiento del lenguaje natural en Telefónica, coincide en que un sistema de IA debidamente entrenado puede escribir noticias sencillas. Pero tampoco ve posible aplicar esta tecnología a otros géneros como los reportajes periodísticos: «Durante la próxima década (o incluso más), los reportajes periodísticos seguirán siendo un género prohibitivo para los sistemas automatizados debido a la especial combinación de curiosidad, observación, intuición y capacidad crítica que requieren. Conviene recordar que tampoco todos los periodistas logran producir reportajes de la misma calidad y profundidad. Se trata de un género exigente y complejo, difícil de dominar, y también de automatizar».
En este sentido Sheila Queralt, especialista en lingüística forense, nos recuerda que «actualmente la IA para escribir textos se nutre de una base de datos introducida por humanos la cual alimenta el algoritmo, por lo tanto, su calidad y creatividad quedará sujeta al volumen de datos y a la calidad de esos datos de origen. La IA también deja un rastro lingüístico que se observa, en aspectos como la coherencia y la cohesión de las ideas que dan sentido al texto».
Finalmente Josep Curto, que es científico de datos y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, plantea que la IA debería verse como una herramienta y no como una amenaza para los autores: «Los periodistas, en lugar de dedicarse a escribir noticias recurrentes y monótonas (desde la perspectiva de contenido), podrán dedicarse a escribir noticias de investigación y artículos mucho más interesantes. Dejemos por ejemplo a la IA decir el resultado de la final de Wimbledon y, al periodista narrar la lucha entre dos titanes del tenis».
No es que la inteligencia artificial vaya a reemplazar el trabajo de los redactores en un futuro más o menos lejano; es que ya lo está haciendo en muchos sectores, sin que nos demos cuenta. Es posible que el resumen de los resultados de las últimas elecciones en tu municipio o la descripción del producto de una tienda online que has leído recientemente haya sido escrita por un software, no por un redactor humano.
Sin embargo, hay géneros que todavía están lejos del alcance de estos algoritmos (o posiblemente siempre lo estarán). Me refiero a contenidos creativos, de opinión, investigación o interpretación.
Creo que los redactores y periodistas deberíamos especializarnos en este tipo de textos de valor añadido que solo puede escribir un humano. Porque cuando se trata de escribir descripciones de productos de e-commerce o textos para el posicionamiento SEO…
¡En pocos años, las máquinas no van a tener competencia!
¿Te da miedo que tu trabajo de redactor lo pueda hacer un software en el futuro? ¡Opina!
Soy periodista, redactor freelance y bloguero desde 2006. Escribo para otros porque quiero comprar tiempo para escribir para mí. Además, enseño a otros freelance cómo ganar dinero trabajando por su cuenta en RedactorFreelance.com y mediante mi ebook «Guía del Redactor Freelance». ¡Si quieres hablar, contacta!
Unknown
2 septiembre 2019 at 19:40Excelente artículo y más para los que apenas vamos iniciando.
Redactor Freelance
30 julio 2019 at 07:21¡Ah, qué bueno, el título de "¡Sálvese quien pueda!" me parece muy adecuado! Gracias por la recomendación, quiero seguir profundizando en este tema tan fascinante. ¡Saludos!
jricardo
29 julio 2019 at 19:35Hola Roger. Excelente artículo. Precisamente en estos días acabo de terminar de leer un libro del periodista argentino, Andrés Oppenheimer, titulado ¡Sálvese quien pueda! Tiene un apartado que aborda el tema de la IA aplicado al mundo del periodismo y la redacción de noticias. Te lo recomiendo. Pero en síntesis, va muy de la mano la tesis que planteas sobre darle el toque "personal, profundo y más creativo" a los contenidos para diferenciarnos de las máquinas. Creo que ese sentido humano y empático del storytelling, por ejemplo, está muy lejos de ser emulado por un robot redactor… al menos de momento. ¡Saludos!
Redactor Freelance
29 julio 2019 at 15:21Gracias por las aportaciones a todos los que habéis colaborado, con vuestro conocimiento experto este artículo ha adquirido una profundidad con la que al principio no contaba. Sinceramente, no sabía que este tema iba tan avanzado y me fascina y asusta a partes iguales… :-0
Oscar Fuente
29 julio 2019 at 15:01Excelente trabajo, es un gusto poder aprender más cosas con tu artículo y además haber colaborado ¡Gracias!
Redactor Freelance
29 julio 2019 at 12:14Patricio, me gusta eso de "producto de lujo".
Yo creo que dentro de no mucho tiempo veremos un "Redactor de Google" parecido al "Traductor de Google". No será tan bueno como un traductor cualificado humano, no entenderá los juegos de palabras ni podrá inventar un titular con doble sentido.
Pero sí podrá por ejemplo redactar un breve texto SEO a partir de determinadas palabras clave o incluso la ficha de un producto de e-commerce introduciendo unos datos.
Competir con eso será nadar contracorriente, como intentar vender enciclopedias de papel en tiempos de la Wikipedia. Pero siempre habrá sitio para los redactores creativos, originales, que sepan conectar con el público y llegar donde un algoritmo no puede.
Es un tema realmente fascinante y lo mejor es que, como redactores, vamos a vivir esta revolución del contenido en primera fila.
Patricio
29 julio 2019 at 11:29En menos de 5 o 10 años esto será una realidad. Google aprende a leer y a interpretar lo que estamos buscando. Es cuestión de tiempo que aprenda a escribir dándonos la información que buscamos bien hilada y argumentada. «Solo» tiene que aglutinar el conocimiento que tiene en sus bases de datos y aplicar las fórmulas gramaticales y ortográficas que sabe que tocan. Cada vez que le indicamos que una traducción no es correcta, aprende cómo se supone que nos gusta leer y cómo parece que nos suena más natural.
Conozco a lingüístas especializados en este tipo de programación. Se los rifan empresas como Google (y muchísimas otras), para que luego digan que las carreras de letras aportan poco al progreso tecnológico. Trabajan para enseñar a las IA a ser más humanos que los humanos, como los Nexus 6. Por ejemplo, en los chatbots de atención al cliente, que ya pueden resolver consultas y arreglar quejas de los usuarios sin que estos sepan que no están hablando con un humano.
Si se consigue que un bot pueda hilar una conversación que pasa desapercibida, pronto podrá redactar un contenido totalmente válido e incluso con estilo.
Lo que todavía no pueden hacer, y presumiblemente tardarán bastante en conseguir, es aplicar elementos creativos, imaginar opciones y diseñar estrategias completas.
Y otra cosa que no pueden hacer es tener los galones de humanidad. Porque cuando estos programas sean el pan de cada día y se dé por hecho que todo lo que leemos está escrito por una máquina, al final lo que sea escrito por un humano (y bien escrito) tendrá marca de prestigio por ser original, creativo y «auténtico». Un producto de lujo. Tener una firma de «humano certificado» será una manera de diferenciarse.
Redactor Freelance
29 julio 2019 at 07:35Gracias Paco, estoy de acuerdo con tu análisis, esto de escribir lotes de texto para SEO, descripciones de productos, artículos de blog elementales, etc. es algo de lo que cada vez más se ocuparán los algoritmos, al final te vendrá integrado con el propio editor web.
Debemos centrarnos en contenidos de calidad y profundidad con una visión personal que ninguna máquina podrá emular jamás y que además están mejor remunerados y considerados.
Paco Nesa
28 julio 2019 at 17:53Toda aquella actividad que sea susceptible de fragmentarse en protocolos de actuación y pueda ser sometida a las leyes algorítmicas, terminará por ser automatizada y llevada a cabo por una IA… y la escritura lo acabará siendo antes o después, nos guste o no.
No nos queda otra que adaptarnos a las circunstancias y, sabiendo la que se nos viene encima, tratar de especializarnos en materias cuya complejidad de variables a considerar estén fuera del alcance del análisis informático actual.
Felicidades por el artículo, muy interesante!